Salte la navegación

Monthly Archives: May 2010

Mi madre dijo el otro día: «Hay que ver las señales», en referencia al equis que motivó la indignación primera. Así me invitaba a desalojarlo de mi pensamiento, porque ese tipo de hombres una vez que muestran la enagua, la arrastran de por vida. Pero esta vez, es casi una causa sindical. Una amiga, que por cierto es bellísima, interesante, vive sola y está dispuesta al sexo cuando le da ganas (y eso es seguido), tuvo un episodio similar con otro equis que pintó como que valía la pena y terminó dándose vuelta cual campera reversible.

Mi amiga, hizo una simple observación y el equis desconectóse del único medio por el cual había decidido comunicarse. Nuevamente, ante la clara expresión de deseo, la respuesta fue un cualquierismo multiplicado, una actitud que se repite como capítulos de los simpsons. El muchacho en plan cheerleader rubia, reina del baile, se hizo el interesante y salió corriendo.

Pregunto nuevamente: Qué lleva a un hombre a decidir salir por la puerta chica en vez de decir de manera polite que no quiere saber nada? Será que no quiere perderse de nada? Será cierto que quieren la chancha, los veinte, la máquina de hacer chorizos, la amante callada y el asado con amigos?

Una teoría indica que pasando el umbral sexual primario, cuando después de verle la cara a dios hay conversar con él, el masculino apura el paso en dirección contraria. Lo que no está claro es si esto lo hace para no tener que conocer la parte fea de una, o, hundido en un pool de inseguridad, para que una no conozca la suya. Le damos el beneficio de la duda: Un egomaníaco complejo, o un discapacitado vincular?

De cualquier manera, se desprende que hay una especie de miedo a lidiar con el después, que hace que el equis, que una vez fue fuente de satisfación y alboroto de bombacha, se transforme en ese idiota que en vez de decirme que no, me esquiva durante días y termina diciendo que no sabe si va a tener tiempo porque tiene inglés.

Invito a mis amigas, y a las que no lo son tanto, a contarme sus experiencias-a unapareceotra@gmail.com- que volcaré prolijamente en La Pimpinela. Analizaré la situación con cuidado y dedicación, o haré justicia por mano propia con el veneno que corresponda. Se reservará la identidad de las fuentes.

Pero basta, que una no quiere convertirse en la histérica, que no nos subestimen. Decí que no, nene, nadie se va a enojar.