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Monthly Archives: May 2010

Una también debe, de vez en cuando, mirar hacia el propio living y reacomodar los adornitos, que no todo en la vida es criticar la decoración interior de terceros.

Lo que quiero decir es: Una también quiere la chancha y los veinte. Una quiere indignarse porque se sintió mal, porque el equis (cualquiera sea) se portó mal y la puso en una situación horrible. Pero al mismo tiempo, con una simultaneidad que da calambre, una desea que el equis se despierte, y se comunique. Espera, penélope moderna, que el otro no se conforme con el enojo y que de alguna manera abandone su orgullo miope y dé, como una lo ha hecho varias veces, el paso hacia el encuentro antes de que una termine el tejido.

Me puse a pensar en eso también, a la luz de la seguidilla de indignaciones propias y ajenas. Una quiere ser honesta, pero misteriosa, seductora pero real. La perfo de la amante se agota, y aunque la relación siga siendo puramente sexual (y esa sea la intención), los problemas aparecen. Indefectiblemente una se corre de la geisha que se relaja con los tiempos, en algún momento se aviva la tensión de que quiero que nos veamos pero sin que te asustes ni que te pongas en loca mala.

Porque los días que pasan, son horas de pimpinela interna y a veces una se pierde en las especulaciones que incluyen una detallada fantasía de lo que está pensando el otro, los otros. En mi caso, a eso se suman el duelo que todo lo abarca, que me lleva a  cómodamente pensar en pasados no retornables, en vez de lidiar con los presentes inciertos.

Para ilustrar: el sábado a la mañana, volví de un festejo con burbujas, una borrachera amable, y en el momento en que pisé la cerámica de mi habitación se vino el diluvio, el desastre, el llanto incontenible. Mi mente puso todos los hombres que han pasado por mi vida en una licuadora, procesó con sus cuchillas los recuerdos y las ansias y me hizo una tarta de angustia que te la voglio dire. Y ahí no había indiganción, pura tristeza, puro nudo, contractura del alma.

Una no puede evitarlo, una no le cuenta a nadie, yo porque se ve que terminé siendo una exhibicionista, porque priorizo mi escritura por sobre mi privacidad. Pero sucede, una se sirve un plato de pimpinela cuando se le van las cosas de las manos y se lo come todo, con gusto, porque algo hay que comer.

Un amante una vez hizo una clasificación muy sabia: «uno está muy soltero cuando no piensa ni el/la anterior,  ni en el/la que vendrá». En esa delgada línea roja todxs vamos sin tener mucha idea de qué estamos haciendo. Y aunque, sostengo con firmeza que no se hagan los lindos por ser lindos, que no muestren las plumas si el conchero les queda grande, la verdad es que todxs somos discapacitaditos emocionales, somos La Solidaria del amor.